Fiestas y cambios de rutina: cómo acompañar a chicos con TEA o TDAH en fin de año

Cómo acompañar a chicos con TEA o TDAH en fin de año



El fin de año trae alegría, reuniones, luces, ruidos… y también muchos cambios.

Para la mayoría, las fiestas son momentos de celebración, pero para muchos chicos con condiciones como el Trastorno del Espectro Autista (TEA) o el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), esta época puede resultar abrumadora.

Los cambios de rutina, la sobreestimulación sensorial, las expectativas sociales y la incertidumbre pueden generar estrés, ansiedad o conductas desreguladas.

Desde IMENIC, queremos compartirte algunas claves para acompañar a los chicos con sensibilidad, empatía y herramientas concretas.

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¿Por qué las fiestas pueden ser desafiantes?

Los niños con TEA o TDAH suelen beneficiarse mucho de las rutinas estables, los espacios predecibles y los entornos con bajo estímulo sensorial. Las fiestas de fin de año alteran estas condiciones:

  • Cambios en la rutina diaria (horarios, comidas, sueño).
  • Reuniones con muchas personas (y a veces desconocidas).
  • Ruidos fuertes (música, fuegos artificiales).
  • Luces intermitentes, decoración navideña.
  • Expectativas sociales difíciles de manejar.

Estos elementos pueden provocar desde malestar leve hasta crisis de desregulación emocional.

¿Cómo acompañar mejor a los chicos en esta etapa?

1. Anticipar lo que va a pasar

Explicá con anticipación cómo serán los días festivos. Podés usar apoyos visuales, historias sociales o simplemente contar lo que sucederá paso a paso: “Vamos a ir a la casa de los abuelos. Va a haber más gente que otras veces. Podés llevar tus auriculares si hay mucho ruido”.

2. Mantener algunas rutinas clave

Aunque haya celebraciones, tratá de conservar ciertas rutinas que le den seguridad al niño: horarios de sueño, espacios de calma, momentos de juego estructurado.

3. Preparar un “kit de regulación”

Si sabés que pueden surgir momentos difíciles, prepará una pequeña mochila con objetos que ayuden al chico a autorregularse: auriculares con cancelación de ruido, juguetes sensoriales, un cuento favorito, snacks conocidos.

4. Respetar sus tiempos y necesidades

No todos los chicos disfrutan de saludar, abrazar o participar activamente en juegos grupales. Validar sus emociones y darles permiso para retirarse si lo necesitan es una forma de acompañar con respeto.

5. Ofrecer espacios de descanso

En cualquier festejo, asegurate de que haya un lugar tranquilo donde el niño pueda retirarse si lo necesita. A veces, unos minutos en silencio son suficientes para reordenarse.

Lo importante es el bienestar, no el protocolo

No se trata de “lograr que se comporten bien” en la cena de fin de año, sino de proteger su bienestar emocional y sensorial. Con anticipación, empatía y flexibilidad, es posible vivir las fiestas de un modo más amable para todos.



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